Melody Petrosillo, explica todo sobre la respiración, nos cuenta su relación con nuestras emociones y nos deja un ejercicio para que aprendamos a observarla: “Simplemente, respira”.
Cuando estamos nerviosos, atravesando un momento difícil o una situación incómoda, nos dicen o nos decimos: “respira”. ¿Pero por qué respira y no otra cosa? Bueno, es que la respiración es una aliada muy poderosa para todos los seres humanos.
En yoga utilizamos la respiración para entrar en contacto con la energía vital, el prana. Para esto, tenemos que desarrollar conciencia del proceso respiratorio. A partir de ahí profundizamos mediante ejercicios de pranayamas para influenciar el prana en los nadis (canales energéticos que recorren el cuerpo).
Respiración y pranayama
La respiración es un proceso nervioso autónomo e inconsciente y es el único de todos los procesos automáticos en nuestro cuerpo que podemos manipular de manera consciente. Y los sabios yoguis lo saben hace siglos. Por eso diseñaron pranayamas. Los pranayamas son ejercicios de expansión y control de la respiración. De esta manera y con el tiempo, expandimos el prana y podremos adquirir un estado de vibración energética y conciencia mayores.
Pero, ¿Cómo es capaz la respiración de poder hacer esto? Voy a intentar explicarlo de manera simple.
La respiración está conectada al sistema nervioso autónomo y a cada estado emocional le corresponde un ritmo respiratorio. Si estamos nerviosos, las respiraciones son cortas y altas y se activa el sistema nervioso simpático en modo “lucha o huida”. Si estamos relajados, las respiraciones serán más profundas y lentas. Esto activa el sistema nervioso parasimpático que es el que funciona cuando estamos en modo “descansar y digerir”.
Entonces, si aunque estemos nerviosos comenzamos a concentrarnos en nuestra respiración, los pulmones comienzan a mandar señales al cerebro de que todo está bien. Así de a poquito nos iremos regulando. Y como sabemos que las emociones tienen efectos directos en nuestro bienestar global, los beneficios de trabajar de forma consistente con nuestra respiración son múltiples.
Práctica
Te dejo un ejercicio para que comiences a entrar en contacto con la respiración.
Comenza a registrar tu respiración a lo largo del día: ¿Cuándo se siente completa? ¿Cuándo se siente tensa o contraída? ¿Cuándo es relajada y profunda?
Cuando sientas tensión, tomate unos minutos, puede ser sentado en una silla o sobre el suelo, con la columna recta, también recostado.
Comenza por tomar conciencia del cuerpo de los pies a la cabeza y a medida que lo vas recorriendo, aflojá los puntos que estén tensos.
Luego percibí la respiración, el aire entrando y saliendo por tus fosas nasales. Simplemente observala sin controlarla.
Al cabo de unos minutos comenza a hacer las exhalaciones un poquito más largas. Por ejemplo: inhalas en 4 tiempos, exhalas en 5. El conteo tiene que ser cómodo y no sentirse forzado, de lo contrario no será beneficioso. Encontrá el número que sea adecuado para vos en ese momento.
Practicá alrededor de 3 minutos.
Volvé a la respiración natural.
Tomate unos momentos para registrar cómo te sentiste.
·Inhala · exhala · agradece·
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Namaste.
Con amor.
Melody.-
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