Las posturas de equilibrio son posiblemente las más desafiantes de la práctica de yoga. Incluso los yoguis avanzados pueden temblar y tambalearse mientras están parados en una pierna, especialmente si están cansados, distraídos, agitados o demasiado tensos.
El equilibrio comienza de adentro hacia afuera y la capacidad de mantenerse estable depende de una variedad de factores. Para los que tienen problemas de equilibrio, hemos encontrado ocho consejos simples pero poderosos para ayudarlos a cultivar la quietud interna y externa. En este post, en colaboración con 2×3, se los enseñaremos.
Concentración en la respiración
La respiración es el puente entre la mente y el cuerpo, así que hay que dejar de intentar controlar los pensamientos dispersos y comenzar a respirar. La tendencia en las posturas de equilibrio es contener la respiración para mantener el cuerpo quieto, pero la tensión que esto crea tiene el efecto contrario. Hay que relajarse y respirar con naturalidad, cuando la respiración se vuelve constante y natural, la mente y el cuerpo pueden relajarse.
Bloquear la mirada
Dondequiera que vayan los ojos (hacia el maestro, un espejo o la persona de al lado), la atención sigue. En otras palabras, si la mirada está inquieta, la mente también. Hay que concentrarse en un solo punto inmóvil a unos pocos pies de distancia, y la fuerza de la mirada apoyará como si se tratara una extremidad más. El último desafío del equilibrio es cerrar los ojos y concéntrate en el interior.
Establecer una base
Pisar firmemente con la parte posterior de los pies mientras se levantan los arcos y se relajan los dedos, puede ayudar a encontrar una base para el equilibrio. La siguiente etapa es tomar estos mismos principios de levantamiento y aplicarlos a posturas de equilibrio. La idea es poder sentir el espacio y la sensación de levantamiento mientras se explora la base en diferentes posiciones.
Verificar la alineación
A medida que se avanza en la práctica de yoga, es necesario examinarse en busca de desalineaciones. La anatomía es un juego de dominó. Por ejemplo, apretar las caderas en la postura del árbol para elevar la pierna o la rodilla más hacia el costado, afectará la columna vertebral, las caderas, los muslos, las rodillas, etc.
Hasta que se pueda sentir internamente cuando la alineación está mal, lo mejor es usar señales externas: los puntos delanteros de la cadera o la parte superior, las orejas, los hombros, etc. Si existen lesiones pasadas o afecciones crónicas que afecten el equilibrio, se puede buscar el consejo del maestro sobre modificaciones, accesorios o poses terapéuticas.
Desarrollar la fuerza central
Si los músculos del núcleo están débiles, no apoyarán adecuadamente las piernas o brazos en una postura de equilibrio. Involucrar mula bandha y uddiyana bandha activará el núcleo para proporcionar más estabilidad en las poses de equilibrio.
Ser amable
Finalmente, hay que practicar la autocompasión. Debido a que el equilibrio es un estado interno, puede cambiar de un día a otro, o incluso en medio de una práctica de yoga. Hay que ser paciente y persistente pero no apegado. Es decir, apuntar alto pero no aferrarse a la idea de lograr la pose perfecta.
Cuanto más intensa sea la lucha por la perfección, mayor será la inestabilidad interna y en consecuencia, peor será el equilibrio. La perfección es una de las mayores paradojas del yoga. Reconciliar la diferencia entre lo que es y lo que deseamos es una de las mayores lecciones que nos pueden enseñar las posturas de equilibrio.
Practicar la alegría
No se debe tener miedo de tambalear, caer o usar las manos. Hay que ser humilde y aprender a reír cuando una pose de equilibrio no sale bien. Además, hay que tomarse el tiempo de disfrutar mientras se realiza la pose. También es posible comenzar con una versión menos avanzada antes de alcanzar la meta.
Seguir practicando
Es fácil sentirse golpeado y desanimado después de una clase de yoga en la que se perdió el equilibrio. Si bien la progresión en el yoga no siempre es un camino ascendente, la práctica constante y continua es el único método confiable para fortalecer la práctica de equilibrio.
Siguiendo estos consejos básicos con dedicación, es seguro que el desarrollo de las poses de equilibrio mejorará paulatinamente. De cualquier manera, hay que tener en cuenta que la constancia en la práctica es el factor que hará la diferencia entre un progreso momentáneo y uno duradero.
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