La profe de Yoga, Sabrina Jotta, responde una pregunta que nos hacemos todos los yoguis: Los días de Luna, se practica o no se practica?.
Practicar o descansar?
Los días de luna o “moon day” son las 24 horas que preceden al pico de la luna nueva y el pico de la luna llena.
En la enseñanza tradicional del sistema “Ashtanga Vinyasa Yoga” no hay práctica de asanas (posturas) en los días de luna se consideran a esos días de descanso y se recomienda enfocarse en las prácticas meditativas.
Eso quiere decir que sólo los practicantes de “Ashtanga Vinyasa Yoga” no deben practicar en esos días? Como dice el dictado “para toda la regla hay excepciones” y como un buen yogui, uno aprende con los años de práctica y conciencia corporal lo que es más adecuado o no para su propio cuerpo.
Cómo influyen los ciclos lunares
Siempre me interesé mucho en influencia de la luna sobre la vida de las personas, y después de estudiar un poco al respecto del tema, comencé a observar cómo mi cuerpo reaccionaba acorde a cada fase lunar.
A pesar de que mi práctica es una mezcla de distintos estilos de yoga, siempre que siento que mi cuerpo pide, me gusta seguir esa señal y adaptar la práctica para que sea más cuidada y amorosa, o mismo practicar el Chandra Krama (série de la luna). Para mí hace todo el sentido y funciona.
Pero cuál es la razón? Bueno, toda la naturaleza es influenciada por las fases de la luna y podemos verlo claramente en las mareas, por ejemplo. Cuándo las mareas están altas tenemos la luna llena, mientras que cuando están bajas tenemos la luna nueva o oscura.
Nuestro cuerpo está compuesto por más del 70% de agua y también se ve afectado por esa influencia. Lo ideal es practicar cuándo la energía o prana está en equilibrio y eso se da en el medio de los ciclos lunares.
Las fases de la luna
En la luna nueva la energía se tranquiliza, uno puede sentirse agotado o sin energía, nuestras articulaciones y ligamentos quedan más “secos”, rígidos. Por otro lado, en la luna llena es al revés, hay un excesivo movimiento energético en nuestro cuerpo y una mayor lubrificación de los músculos y ligamentos. En ambos los casos nuestro cuerpo está más propicio a lastimarse y es por eso que evitamos la práctica de asanas (posturas) en los días de luna.
Cuándo practicamos respectando esos tiempos, sintonizamos nuestra energía con los ciclos naturales. Observar las fases de la luna es un camino para reconocer y honrar los ritmos de la naturaleza y así poder vivir en armonía con ellos.
Por Sabrina Jotta
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