Últimamente vengo pensando mucho en el concepto de “fluir”. ¿Cómo encontrar el equilibrio entre no forzar las cosas y no poder planear u organizar lo que nos importa?.
“Contrario a lo que solemos creer, los mejores momentos de nuestra vida, no son momentos pasivos, receptivos o relajados (aunque tales experiencias también pueden ser placenteras si hemos trabajado para conseguirlas). Los mejores momentos suelen suceder cuando el cuerpo o la mente de una persona han llegado hasta su límite en un esfuerzo voluntario para conseguir algo difícil y que valiera la pena. Una experiencia óptima es algo que hacemos que suceda” – Mihaly Csíkszentmihályi
Siento que muchas veces confundimos el fluir con una actitud pasiva y relajada en la que “dejamos que la vida pase”, como si nosotrxs no tuviésemos nada que ver con lo que nos sucede alrededor.
Creo en la magia, creo en el universo, pero no creo que todo en nuestra vida suceda de esta manera. Creo que siempre necesitamos poner nuestra parte, para que luego “dios”, “el universo”, “la divinidad” pueda poner su parte también.
Si dejamos que los encuentros con otrxs simplemente sucedan o “fluyan” (sin organizar, ni planear ni intentar coordinar agendas), es probable que nos perdamos muchos lindos vínculos por falta de tiempo o por desencuentros de horarios.
Si dejamos que nuestra alimentación simplemente suceda o “fluya” (sin planear, ni averiguar dónde es mejor hacer las compras), es probable que comamos mal, cocinemos rápido, y nos terminemos nutriendo pobremente. Ni hablar si tenemos convicciones éticas. La alimentación vegana (por ejemplo) no pasa por arte de magia; necesitamos movernos, investigar, dejar alimentos en remojo, cocinar, etc.
Si dejamos que nuestra práctica de yoga (o cualquier otra actividad física) simplemente suceda o “fluya” (sin apartarnos el tiempo en nuestra agenda y tomarlo como prioridad), es probable que la mayoría de los días la cambiemos por dormir una hora más a las 7 de la mañana, o por abrir un vino a las 7 de la tarde.
Si dejamos que los viajes simplemente sucedan o “fluya” (sin ahorrar, sin sacar pasajes, sin investigar, sin desear conocer alguna cultura con toda nuestra alma), es probable que nos quedemos en casa toda la vida.
Fluir con compromiso
En mi opinión, fluir no significa andar por la vida haciendo “lo que pinte” a cada instante, más bien para poder fluir, necesitamos vaciar nuestro cerebro, dejarlo libre de distracciones, y así poder usar todo su potencial en habitar el presente. Desapegarnos de los resultados. Olvidar el tiempo. Enfocarnxs. Comprometernos. Estando en un estado óptimo de consciencia, somos nuestra mejor versión.
No desde un lugar pasivo, chill, o de no compromiso.
Necesitamos comprometernos con nosotrxs mismxs para poder fluir con la vida. Para poder fluir con nuestros vínculos, con nuestro ambiente, con nuestro trabajo y nuestro bienestar personal.
De hecho, como dice Csíkszentmihályi, “la felicidad es una condición vital que cada persona debe preparar, cultivar y defender individualmente. Las personas que saben controlar su experiencia interna son capaces de determinar la calidad de sus vidas, eso es lo más cerca que podemos estar de ser felices”.
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