La profe de Yoga, Cecilia Incola, nos invita a descubrir nuestra voz a través del canto de mantras.
Amo recibir puntos de partida de Noe de Luleå. Ella me propone un camino y yo lo recorro escribiendo y cada vez que andamos por un sendero. Aún si lo conocemos, cada paso vuelve a inspirarnos, enseñarnos y permitirnos observar. Esta vez Noe me propuso escribir sobre mantras y la conexión con la voz. Me dijo: siendo profesora de Yoga y cantante, quizá esto te resuena. Y ¡sí! Cantar y hacer Yoga son para mí parte de una misma práctica física y espiritual.
La respiración de la vida misma
Para los sufíes cantar es prana, la respiración de la vida misma. Según Hazrat Inayat Khan, los antiguos cantores entonaban una sola nota durante media hora seguida para descubrir los efectos que esa nota ejercía en sus chakras. “La corriente de vida que producía, cómo abría las facultades intuitivas, cómo creaba entusiasmo, cómo añadía energía, cómo tranquilizaba y cómo curaba. Para ellos no era una teoría, era una experiencia”.
En la garganta hacemos un puente entre la cabeza y el corazón, según Lisa Sokolov, terapeuta musical de Nueva York, es una forma de desarrollar la relación entre la mente y las emociones.
Cantando damos sonido a lo que sentimos, expresamos el espíritu, elevamos nuestra energía. Cantar también produce la respuesta de la relajación: “al respirar más hondo, como en la meditación, se reduce el ritmo cardíaco y se calma el sistema nervioso”, explica el doctor oncólogo Mitchell L. Gaynor.
El sonido es capaz de transformar nuestros estados. La emisión del sonido puede ampliar la conciencia corporal y liberar tensiones fijadas en articulaciones o en partes blandas. Las partes blandas del cuerpo se movilizan por la vibración; las partes óseas, por la resonancia. También cambia la emoción o el humor de base al abrirse el espacio de la garganta que corresponde a nuestro 5° chakra (Vishuddha).
Cantar es hermoso y es como el Yoga, una expresión del cuerpo y el espíritu, así como una práctica de limpieza y salud inherente a la vida, necesaria. Cantar y practicar Yoga, como los siento, son la vivencia de un estado de plenitud.
Los modelos armónicos
En El creativo poder de la voz, Laurel Elizabeth Keyes explica: “la entonación es un antiguo método curativo. La idea es sencillamente restaurar en las personas sus modelos armónicos”.
Entendiendo las enfermedades físicas como la manifestación de un desequilibrio cuerpo/mente que llega a extenderse a nivel celular, la terapia del sonido y el canto de mantras es un medio para restaurar los patrones armónicos del cuerpo individual, así como para conectar el prana del individuo con el prana universal.
“El efecto físico del sonido tiene una gran influencia en el cuerpo humano. Todo el mecanismo, los músculos, la circulación de la sangre, los nervios, son movidos por la fuerza de la vibración”: Maestro sufí Hazrat Inayat Khan.
Cuando el poder sanador de la voz se combina con el mantra
Mucho antes del siglo VIII, cuando el lamaísmo –como se conoce el budismo tibetano– se transformó en la fe predominante del Tïbet, florecía allí la religión bon. Bon es una forma de chamanismo que se centra en el sonido y el canto de mantras para influir en lo invisible, los espíritus y las fuerzas energéticas que controlan el universo. (La palabra bon viene del verbo bon pa, que significa “recitar fórmulas mágicas”).
Desde la cultura védica, se utilizaron cánticos y simples sonidos monosilábicos (que conocemos como mantras) para alcanzar un estado de consciencia capaz de conducir a la comunión con la esencia divina del universo.
Bija mantras
Cada chakra, deidad hindú, elemento de la naturaleza tiene su mantra semilla, su vibración particular. Estas sílabas llamadas semillas tienen el poder de hacer germinar la fuerza que llaman. Estos sonidos no son una representación del elemento/energía que llaman sino el elemento en sí mismo. Ram, no simboliza el fuego, es el fuego. Con esta consciencia cantamos los Bija Mantras.
Muladhara chakra, Bija mantra Lam. Sentí la vibración y visualizá un color rojo. Conecta con el elemento Tierra, la tierra que nos brinda los nutrientes y todo lo que necesitamos. Nuestros propios instintos de supervivencia. Nuestros ritmos vitales.
Svadhishthana chakra, Bija mantra Vam. Visualizá un color naranja. Conecta con el elemento agua, fluimos hacia el encuentro con otros. Sentimos el placer de estas aguas moviéndose en el cuenco de nuestras caderas y nuestra pelvis.
Manipura chakra, Bija mantra Ram. Visualizá un color amarillo. Conecta con el elemento fuego, el brillo de tu gema interior, tu personalidad, lo que brindás al mundo desde tu individualidad.
Anahata chakra, Bija mantra Yam. Visualizá un color verde. Conecta con el elemento aire, respiramos profundo, gozamos de la respiración. Imaginá un bosque de árboles en tu pecho brindándote un aire puro y fresco. Sentí la energía del amor que fluye desde este centro sin obstáculos.
Vishuddha chakra, Bija mantra Ham. Exhalá el sonido y visualizá un color azul. Lo representa el elemento éter, conecta con tu verdad interior, la voz de tu sabiduría. Este es el centro de la comunicación verbal y no verbal.
Ajña chakra y Sahasrara chakra, Bija mantra OM. El sonido OM, el más sagrado de los mantras semilla, se dice que contiene todas las pulsaciones de la vida. Al decir el mantra, conectamos con el flujo de vibraciones infinitas que comprende nuestro universo. “La esencia de la palabra y el sonido es OM”, dice el Upanishad. OM también está descrito en las escrituras budistas como “el más poderoso. Es poder en sí mismo y puede traernos la iluminación”.
Meditación en los chakras
Comenzá el sonido ubicándote en el punto de tu entrecejo en Ajna chakra, visualizá un color índigo y terminá el sonido ascendiendo al tope de tu cabeza, saliendo por tu coronilla en Sahasrara chakra. Visualizá ahí un color blanco. OM, expandite, sentí la energía elevarse desde tu coronilla a fusionarse con el Universo entero y desde el Universo volver a vos a través de tu coronilla.
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Gracias por acompañarme en este viaje a través del sonido. Elijo para cerrar uno de mis mantras preferidos con el que también finalizo algunas de mis prácticas: Om Shanti, Shanti, Shanti. Paz en la mente, en el cuerpo y en el espíritu.
¡Te sugiero y te invito a que descubras tu propia voz!
Namasté.
Cecilia Incola
Profesora Maestra en Yoga
Cantante y compositora.
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