Abrir el corazón: ¿Qué debemos arriesgar para dar y recibir amor?
Con el día de San Valentín te invito a reflexionar sobre el tema del amor y las relaciones.
No es el sexo solo lo que impulsa nuestros impulsos y acciones más profundas en la vida, es nuestra necesidad de conexión emocional y el apego.
Los seres humanos somos mamíferos de conexión: necesitamos conexiones con otros. No solo para nuestra propia supervivencia y seguridad, sino también para la estabilidad emocional.
Entonces, ¿por qué es tan difícil la unión, la conexión y el amor?
Entre las muchas razones posibles, el miedo al dolor es el principal boicoteador para estar abiertos a esta conexión. Enamorarse o acercarse a otra persona conlleva el riesgo de rechazo y dolor, sin embargo, vivir con eso puede ser un desafío.
Cuando cerramos el corazón y nos aislamos lo hacemos para protegernos del dolor, pero eso trae más dolor. Cuando elegimos abrir el corazón y permitirnos ser vulnerables, nada nos garantiza no sufrir.
Pero la diferencia entre uno y otro es que al cerrarse, el dolor crece y se profundiza, mientras que al abrir el corazón, el dolor es el punto de partida para empezar a sanar.
La clave es mantenerse abierto
En yoga, elegimos estar abiertos y vulnerables. Este es el primer Principio esencial de Anusara Yoga, estar abiertos.
Y luego claramente hay momentos apropiados en lo que necesitamos poner un límite y cerrarnos. Poder compartir desde el corazón y escuchar con curiosidad e interés por la experiencia del otro es lo que abre la relación y crea el vínculo. Cuando te sentís seguro para estar en tu yo más vulnerable, creas formas saludables de apego. El vínculo de apego al amor nos fortalece: recuerda que tu corazón es resistente.
En Tantra aprendemos a reconocer que la Gracia siempre está presente, y que lo que sigue a cada contracción es una expansión. Esto es Spanda, la pulsación de la vida. La naturaleza misma del corazón es contraerse y expandirse. ¡Si solamente se expandiera, explotaría! Si nunca cerramos nuestro corazón y nos retiramos del amor, nunca sabríamos la alegría de la expansión y la conexión. Necesitamos lo contrario para saber algo. Sin tristeza, no podemos conocer la felicidad.
Auto-cuidado:
Para poder relacionarnos con un otro necesitamos aprender a conectarnos con nosotros mismos
El yoga te da permiso para amarte a ti mismo primero. No es egoísta. Luego podes ofrecer amor a los demás desde el desbordamiento. La auto conexión da paso al auto conocimiento, y así entendemos cómo responder a los demás en la relación. Solo puedo amar y aceptar a los demás en la medida en que pueda amarme y aceptarme a mí mismo.
Muchas personas se saltan la parte del “yo” y regalan toda su energía. Damos, damos y damos hasta vaciarnos o enfermarnos. Entonces la vida te obliga a detenerte, descansar y cuidarte. De cualquier manera, hay aprendizaje.
El yoga enfatiza el poder saber cómo volver hacia adentro, a mirar nuestros procesos, a hacernos cargo a escucharnos, sentirnos.
A través del yoga profundo y la meditación, aprendemos cómo sumergirnos en el lugar medio, la línea media también conocida como Visharanti, el reposo del corazón.
Con solo aprender a vivir allí durante unos minutos cada día, puede ser suficiente para reponer nuestra conexión con nosotros mismos.
La autoexigencia y la vida moderna nos invitan a desconectarnos y es difícil saber lo que estamos sintiendo, y muy común pasar por alto los mensajes del cuerpo.
Es tan importante, que el cuerpo se comunica constantemente con nosotros y nos envía señales de advertencia todo el tiempo. ¿Pero estamos escuchando? Tenemos el poder de anular estas señales e ignorar nuestro cuerpo para cumplir una expectativa o visión generada en la mente. El Tantra se trata de escuchar estas señales y establecer una conexión fuerte con nuestro ser.
Amarte a ti mismo es el primer paso para amar a los demás
Yoga nos enseña a abrir el corazón: cuando aprendemos a abrir el corazón a todo el espectro de la vida, tanto al dolor y a la alegría, a todo a lo que elegimos y a lo que no, podemos sanar sabiendo que todo es para nuestro despertar.
Una forma de aprender a vincularnos con nosotros mismos es reconocer que nosotros somos una conciencia divina encarnada que quiere ser uno despertar y reconocerse a sí mismo.
Femenino y masculino interno
Cuando empezamos a unirnos con nuestro masculino y femenino interno podemos empezar también a reconocernos en el otro de una manera saludable.
Cuáles son las cualidades masculinas? La fortaleza, la constancia, el contenedor, el anclaje, la estabilidad entre otros.
Y cuáles son nuestras cualidades femeninas? La vulnerabilidad, la escucha, la receptividad, el movimiento, la creatividad, el fluir, la danza.
Ambas energías, masculina y femenina, son vitales para nuestra salud. Debemos crear un contenedor fuerte y también aprovechar nuestra capacidad de fluir y adaptarnos al siempre cambiante flujo de la vida. Este conocimiento nos hace sentir seguros y dispuestos a arriesgar la posibilidad de rechazo a favor de crear un vínculo de apego saludable. Estos sentimientos de confianza y seguridad en un mundo incierto también están disponibles para todos.
Saprema (con amor)
KARINA
Fluir® Yoga – Profesora Certificada en Anusara®YogaRegistrada enYoga Alliance E-RYT 500
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