La profe de Yoga, Ariana Melean Galavis, cuenta desde su experiencia cómo yoga y feminismo están profundamente enlazados y sostenidos por la misma perspectiva de igualdad: Deconstruir el Yoga.
Despertar desde el mat
Desde hace unos meses parece que me quedé sin palabras. No sé cómo expresar todo esto que estoy sintiendo, me siento frente a la compu y no me hallo.
La consigna de escribir sobre el yoga y feminismo ha sido compleja de seguir, a pesar de que vivo mi vida a través de esto. Tengo una práctica diaria de asanas, es una práctica espiritual que ha ayudado a trabajarme de manera muy profunda, encaja muy bien con mi personalidad porque aunque soy muy tranquila me gusta moverme de formas desafiantes. Además me ayuda a desaprenderme y a reaprenderme, a construirme.
Cuando pienso en el feminismo como movimiento, entiendo que aporta información y otra perspectiva a las realidades ya planteadas. El feminismo me ayudó a contextualizar mi experiencia íntima con el mat, a exteriorizarla, a trasladarla al afuera. Pero también a salir de ese lugar en donde “mejor hago silencio porque al final el universo se encarga”. ¡No! yo formo parte de este universo, no quiero y no necesito dejar al azar las injusticias y las desigualdades. Alzar mi voz ha sido vital en el proceso de soltar ciertas ideas sobre mi misma que me mantenían en silencio.
Yoga & Feminismo
Para mi, el yoga desmonta las estructuras de lo que se fundó como la verdad humana, así me he dado cuenta que soy mucho más que el cuerpo físico y que nunca seré más que otras personas, logre lo que logre. Que tengo un ego que tiendo a confundir con lo que soy y que jamás los frutos de mis esfuerzos me pertenecerán.
Practicar yoga nos enseña a vivir una vida gozosa con simples estrategias, aunque la vida seguirá siendo dura y muy compleja. En ese sentido el feminismo hace lo mismo, desde mi perspectiva, desmonta ficciones que asumimos verdades. La perspectiva del feminismo es la misma del yoga: observar y cuestionar, mas allá de lo que tus ojos ven, más allá de lo que tu realidad te habilita. Además nos permite empatizar con realidades que aunque no nos tocan, allí están; nos acerca a la humildad y a la justicia.
El yoga me ha permitido vivir el feminismo con mucha paciencia. La espiritualidad en general habilita siempre la amabilidad conmigo misma porque lo que estoy siendo en este momento. No es sólo lo que me tocó ser, es lo que yo he querido o permitido que me pase y lo que estoy siendo también está condicionado por una estructura patriarcal que me habita y que no es fácil desaprender. Así que como mínimo el yoga me ayuda a vivir mis condicionamientos con mayor amabilidad y con menos juicio, viviendo un camino en constante deconstrucción. Habito mi dolor y mi rabia con paciencia, y puedo involucrarme en todo lo que me interpela.
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Te felicito hija!
Muy buen artículo y reflexiones.
Te amo y amo lo que haces?