La primera vez que escuché “estar en conexión con uno mismo” no entendí qué significaba. Cómo puedo estar o no estar en conexión conmigo misma si yo soy yo, y no hay nada que conectar?. Esa idea implicaba una dualidad que no lograba entender. Con el tiempo me di cuenta que es una de esas cosas difíciles de explicar, que solo se pueden experimentar. Y el camino del Yoga y la sanación tiene mucho de eso.
Hay conocimientos que te da la práctica que son intransferibles, y hay momentos en el largo camino de sanación que solo se pueden entender una vez que uno los atraviesa. Esto de conectarse conmigo misma, era uno de esos momentos.
Cómo se si estoy o no en conexión conmigo?
Se siente.
Y cómo lo siento?
Simplemente se siente, y cuanto estés listo para darte cuenta, lo vas a sentir.
Qué difícil. Qué abstracto. Pero qué poderoso.
No entendía muy bien qué ni cómo, pero algo de toda esa mística hacía resonar algo muy profundo en mí. Sentía que ya solamente la frase “conectarse con uno mismo” era la puerta a un mundo interno que sí sentía pero sobre el cual nunca había pensado. Empecé a entender que eso que a veces sentía como una corazonada fuerte, era una intuición y era una pista de todo este mundo interno que me hablaba. Sólo tenia que afinar el oído interno. Solo tenía que aprender a descifrar mejor los códigos.
Cuanto más caso le hacía a esa intuición, de alguna manera, mejor me sentía. Sentía que algo estaba bien. Que algo me guiaba por buen camino. Y no buen camino porque siempre salían las cosas bien. Sino porque por mas que salieran las cosas mal, era lo que tenia que suceder, para aprender algo que tenía que aprender, para liberarme de algún patrón que repetía sin conciencia.
Cuanto más empecé a centralizarme en eso mas lo empecé a escuchar, mas lo empecé a sentir. Y cuanto más practicaba y mejor me alimentaba, mas cerca me sentía de todo eso. Todo eso? Mi misma? Si. Mas cerca me sentía de mi misma, porque mas verdadero sentir todo.
Empecé a escuchar esa intuición de una forma cada vez mas profunda y aprendí a confiar en ella aún sin entenderla. Entendí que el mecanismo era a veces así. Sentir algo sin entenderlo, pero sentirlo muy arraigado, muy profundo. Entonces confiar. Las respuestas vendrán más tarde. Y siempre vienen. Las respuestas siempre terminan viniendo. Y por qué es importante estar conectada con una misma? Porque en realidad siempre estamos en busca de respuestas, y esas respuestas se escuchan con mas claridad cuando tenemos el oído interno afilado. Y si no estamos en busca de respuestas, es porque quizás no nos estamos haciendo mucha preguntas, y quizás deberíamos.
Con el sentir cada vez mas fuerte entendí que eso que es profundo y sagrado en mí nunca cambia. Pero hay algo que siempre está en constante movimiento y cambio. Y para que ese cambio sea verdadero y genuino, indefectiblemente tiene que venir desde ese otro lugar quieto, profundo y sagrado. Tiene que haber una comunicación entre ambos lugares. Y entendí que esa comunicación puede potenciar todos los cambios que necesite hacer y puede hacerme entender de una forma más profunda aquello que necesito entender. Si ya lo se.
Qué estoy diciendo? No se siquiera como explicarlo, esto es algo que no se puede explicar ni transferir. Es una de esas cosas, que se tienen que experimentar.
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