Publicado el 10/01/2021

Observar al dolor como un maestro

Melody Petrosillo nos enseña a observar al dolor como un maestro, y aprender a tratar amorosamente a nuestro cuerpo durante la práctica.

Cuando practicamos yoga una de las palabras que más aparece es ·conciencia·. Queremos hacernos conscientes de nuestro cuerpo, de nuestra respiración, de nuestra “mente de mono” con sus pensamientos que saltan de acá para allá, para buscar el equilibrio y unión de todo lo que somos. 

Hoy te quiero hablar de la conciencia del cuerpo. Hay una frase en inglés muy conocida “no pain, no gain” (sin dolor, no hay ganancia) y creo que nuestra cultura está bastante acostumbrada a trabajar bajo ese lineamiento. Por eso quizás nos cueste tanto cuando en el mat se nos invita a ·escuchar al cuerpo·, ·aflojar tensiones· y ·aceptar los propios límites·. Para cuidarnos tenemos que ser delicados y humildes. Todo eso forma parte del yoga: tratarse con amor. 

La conciencia física no sólo implica saber como colocar las partes del cuerpo en un asana, si no las posibilidades que el propio cuerpo tiene y cómo se va sintiendo (física y energéticamente) mientras practicamos. 

Durante las asanas puede haber placer pero también dolor. Para el desarrollo de una práctica inteligente debe haber ·conciencia· y ·humildad· al observarnos para saber si el dolor que se presenta es “correcto” o el “incorrecto”. Iyengar habla de esto en su libro “Luz  sobre la vida” y explica que el dolor correcto trae desafíos y crecimiento, el incorrecto nos lastima.

Tip 

La próxima vez que practiques, proponete escuchar atentamente a tu cuerpo y cuando experimentes dolor o incomodidad identifica la zona y desde ahí preguntate: 

¿qué tipo de dolor es? 

¿es dolor de crecimiento o es un dolor nocivo? 

Si es el segundo, volvé. Busca el equilibrio entre el trabajo y la molestia.

Cuando hay dolor, sostenemos el aire y el cuerpo se tensiona, usá tu respiración como herramienta: 

Inhala visualizando el aire envolviendo esa zona. 

Exhala y sentí como ese aire se lleva tensiones, el cuerpo se suaviza y con el tiempo cede. 

Permití que el aire fluya libremente por tu cuerpo y continua la práctica, repitiendo el ejercicio cada vez que se presente una situación similar. Vale también para emociones difíciles. 

El cuerpo es un vehículo para acceder al alma y el dolor es uno de los maestros. En el mat como en la vida, no pasa por lo difícil de un asana o situación. Pasa por lo cómodos que podemos estar en un lugar que no lo es tanto para aprender y evolucionar a partir de eso. 

Namaste. 

Con amor. 

Melody.-

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Publicado por Melody Petrosillo

1 Comentario

  1. Mary De Simone

    Excelente publicación de Melody Petrosillo. La sigo por Instagram

    Responder

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