La profe de Yoga, Veka Gay Peluffo, comparte un texto sobre nuestras rodillas y nos explica cómo cuidarlas en nuestra práctica de Yoga.
Decía mi madre que cuando tenemos problemas de rodillas, tenemos problemas de humildad (porque no podemos arrodillarnos, ¿será?)
Dejando de lado los dichos, la rodilla es la zona articular que conecta y “articula” el fémur (hueso que tenemos en el muslo), con la tibia (uno de los huesos de la pantorrilla).
Hay un tercer hueso involucrado, la rótula, una especie de tapita que está al frente, por delante de los dos huesos que mencioné antes. La rotula está sostenida por tendones en su parte superior y ligamentos en su parte inferior. Según extendamos o flexionemos la pierna, sube y baja como un ascensor, permitiéndonos el movimiento. De hecho, la rótula es un tipo de hueso llamado sesamoideo, ya que se desarrolla sobre un tendón.
El movimiento de la rótula dependerá en gran parte de nuestro cuádriceps. Si está muy corto y/o tenso no permitirá que la rótula se mueva libremente restándole deslizamiento lo que a la larga generará una compresión articular que puede desgastar las superficies interarticulares y causar dolor. ¿Por qué? Porque por un lado vamos a estar tironeado de los tendones, movimiento que sostenido en el tiempo puede generar una tendinitis o una bursitis; y por otra parte porque al no poder flexionar correctamente estaremos causando compresión en los meniscos.
Sin embargo, si no tenemos un buen tono en el cuádriceps, nuestra rotula no tiene el sostén adecuado y eso tampoco es bueno ya que, en lugar de sostenernos desde nuestra musculatura, será la articulación la reciba todo el peso y las diferentes tracciones.
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Además de cartílago recubriendo la cabeza del fémur y de la tibia, vamos a encontrar los meniscos, que vendrían a ser como “los discos intervertebrales de la rodilla por su efecto amortiguador. También vamos a encontrar ligamentos (laterales y cruzados) que unen un hueso con otro y las bursas (bolsitas gelatinosas que están entre huesos y tendones…y por ejemplo debajo de la rótula.
Dado que la rodilla es una articulación de tipo ginglinoide, capaz de flexión y extensión y en menor medida, de rotación cuando está flexionada a 90°, es que en posturas como parsvakonasana B , dónde estamos buscando la torsión, debemos estar atentos, primero a tener una base sólida, activando la musculatura de las piernas para que, al cruzar el brazo opuesto, momento en que se genera el empuje del brazo sobre la pierna, por el esfuerzo del torso en la búsqueda espiralada, no sea la rodilla y sus ligamentos los que hagan el stop por fuera de la alineación, talón/rodilla.
Nuestra rodilla, debería estar alineada con el dedo gordo de nuestro pie, de otra manera, estaremos sacando la torsión desde la rodilla al poner en tensión los ligamentos laterales y no de la zona dorsal, que es en donde debe ocurrir.
Es la musculatura de la pierna la que debe sostener la alineación, y es el torso el que busca la torsión, no la cadera.
Elongar los ligamentos sería igual de contraproducente que tener flojo el elástico de nuestra ropa interior, no cumpliría su función.
Por esto mismo, es importante, en las elongaciones de isquiotibiales, tanto en posturas de pie como padangustasana, como en posturas de sentados como paschimottanasana, no sentir dolor en el hueco poplíteo (parte posterior de la rodilla). Si sentimos dolor allí, estaríamos tironeando de los ligamentos.
Ejercitálo
A continuación, te comparto algunos ejercicios para tonificar la musculatura de los muslos y así tener estabilidad en las rodillas. Recordá que si tenés lesión puede que no todos sean para vos. ¡¡Hay muchos ejercicios posibles!!
1) Para fortalecer el cuádriceps, y concentrar toda tu atención solo allí; realiza la postura de utkatasana, pero con la nuca, la espalda y el sacro apoyados en la pared. Sostén la postura todo lo que puedas. Si tenés una pelota de pilates o de esferodinamia, podes colocarla entre tu espalda y la pared y subir y bajar, haciéndola rodar. Cuando lo hagas te vas a acordar de mí.
2) Para elongar el cuádriceps, está el típico ejercicio de llevar el talón a la cola, sosteniendo el pie por el empeine. Siempre funciona. Pero si precisas más, podes recostarte e intentar supta virasana. Yo intentaría siempre de a una pierna por vez, para asegurarme de poner el foco en el cuádriceps, sin complicar la cintura lumbar.
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Veka Healthy Life
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