¡Cuánto esfuerzo y dedicación nos llevó descubrir el logo de luleå, “despertar”!
El nombre luleå surgió rápidamente, como un rayo que atravesó el invierno oscuro, frío y nevoso de Brooklyn, allá por Diciembre de 2012. En cambio el “despertar” nos llevó mucho tiempo, creo que el despertar (sin comillas) se supone que es así.
Comenzamos estudiando mucho sobre logos y contenido. ¿Cómo lograr algo sintético y que se conecte con el Yoga? Estudiamos sobre chakras, sobre hinduismo, sobre la búsqueda del Ser. Algo se intuía en el aire pero no se dejaba ver.
Luego nos sumergimos dentro nuestro. ¿Cuál es la búsqueda? ¿Por qué crear una marca de ropa de yoga? Salir de esa vida hiper certera y lanzarse con un panzazo a la profundidad de la incertidumbre de Argentina sin trabajo fijo. ¿Para qué emprender algo nuevo en Argentina?
Antes de pegar esa vuelta, dimos un rodeo largo e interesante. Viajamos por Asia. Recorriendo Japón, Tailandia, Cambodia, Vietnam, Malasia, Indonesia… hasta Bali. El denominador común creo que fue la abundancia de flores de loto.
Las flores en general, como se conoce bastante, se utilizan como metáfora para la iluminación, para el despertar. Las flores de loto en particular se usan con el mismo propósito con el aditivo interesante de ser hermosas y nacer del barro. Una más clara alusión a la iluminación. Nunca había visto una flor de loto en vivo y me sorprendió mucho verla, me pareció la flor más hermosa, hipnótica.
Creo que ahí se nos metió en la cabeza que el logo tenía que incluirla de alguna manera. Además tenía que representar esa búsqueda de iluminarse, de “despertar”. Queríamos que el logo representara el proceso de despertar, el florecimiento.
Claro, cuando pasamos al diseño gráfico fue el problema. ¿Cómo hacer algo 2D, que representé un proceso en 4D? Cuándo le contamos la idea a nuestros diseñadores nos miraron como si fuésemos locos, algo que nos acostumbramos a sentir.
Por suerte, como describe Paul Rand, el genio de los logos, “el logo funciona como una vasija de contenido”. Así fue como nuestros diseñadores, nos presentaron un día nuestro logo actual, entre muchos otros (creo que había más de 10).
La verdad es que no lo vimos. No vimos el florecer. No vimos el “despertar”. Estabamos abrumados y frustados con la búsqueda. Así que decidimos avanzar como sea. Decidimos elegir los 2 logos que más nos gustaban y mostrárselos a todas las personas que conocíamos relacionadas con el yoga (profesoras, estudiantes, incluso “yoga celebrities”). ¡Vale la aclaración que nuestro querido logo no se encontraba entre esos 2!
Fue justo cuando estábamos por comenzar con la encuesta que dos personas muy queridas que estaban al tanto de nuestra búsqueda y frustración. Nos dijeron, señalando la pared llena de logos: “¿Y este de acá por qué no? ¡Está buenísimo, es como hipnótico! Así agregamos el despertar a la encuesta. Reconocimos que siempre había estado ahí, que nos había gustado mucho desde un principio, pero que nuestra mente nos decía, ¡ESO NO ES UN LOGO!
Bueno, como se podrán imaginar, la encuesta la ganó “despertar”. No sólo eso, ganó por muchísimo, ¡más del 80% de los votos! Tuvimos los comentarios más diversos sobre qué representaba. Pero todos le daban un contenido profundo y hermoso. Todos lo relacionaban con esa búsqueda en que estamos. ¡Nosotros mismos VIMOS el proceso de la flor de loto abriéndose! ¡Ese era nuestro logo! La vasija se llenaba rápidamente y había espacio para todo.
Así es como hoy estamos enamorados de ese símbolo que “no era un logo” y que sentimos que representa tanto nuestra búsqueda. Que representa esa proceso de abrirse de la flor, de la iluminación, del despertar.
foto: Luciana Sticotti. Templo Saraswati, Ubud, Bali.
PD: El detalle de usar un material reflectivo en el logo de la ropa para yoga no es casual, sabemos que el proceso de “despertar” empieza así. Con destellos. ¿Vos ya viste ese destello en clase o afuera?
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